Hablar en Lenguas

Hablar en Lenguas: Introducción
"Hablar en lenguas" es un tópico de amplio interés en la iglesia cristiana. Muchos que no están familiarizados con el hablar en lenguas a menudo quedan perplejos, trastornados, o les divierte cuando presencian el fenómeno. Sus reacciones son comprensibles, ya que parece apartarse de lo natural. Hasta cristianos maduros, con un entendimiento concienzudo de teología, luchan con la naturaleza del tema. Añadiéndole al misterio está el hecho de que muchas sectas cristianos, el ocultismo, los místicos orientales, y los de la Nueva Era alegan hablar en lenguas. Por esto, con toda la confusión que rodea el tema, el hablar en lenguas merece una ojeada. Aunque va más allá del alcance de este texto el presentar las bases de cada uno de los puntos de vista, haremos lo posible para presentar brevemente las ideas comunes sobre este tópico y explorar lo que la Biblia tiene que decir acerca de él.

Hablar en Lenguas: El Relato Bíblico
Los cristianos hablaron en lenguas por primera vez durante Pentecostés. Lucas registra el relato en el libro de los Hechos. Cincuenta días después de la crucifixión de Cristo, un grupo de creyentes estaban reunidos en Jerusalén en una habitación cerca del templo. Jesús les había "mandado a que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre" (Hechos 1:4 RV). Muchos judíos que habían venido desde lejos estaban también allí para celebrar el festival tradicional de Pentecostés. Es en este entorno que Lucas registra lo que ocurrió:

...Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2:2-4 RV)

Llenos del Espíritu Santo, los creyentes comenzaron a hablar en otras lenguas que ni habían aprendido, ni entendían. El resultado fue que muchos transeúntes escucharon la proclamación del evangelio en sus propios idiomas. Perplejos, fueron conmovidos por el mensaje que escucharon y se convirtieron en creyentes de Jesucristo.

El hablar en lenguas ocurrió de nuevo en Cesarea, 38 años después de Pentecostés, esta vez en la casa de Cornelio, el centurión romano. (Hechos 10:44-48). A diferencia de Pentecostés, donde los creyentes judíos hablaron en lenguas, aquí los creyentes gentiles hablaron en lenguas. Como lo declaró Pedro, esto sirvió como señal para verificarle a muchos judíos cristianos que el evangelio aplica también a los gentiles (Hechos 11:15-18). El último incidente en lenguas registrado en Hechos tuvo lugar 13 años después de Cesarea, en Éfeso. Pablo impuso sus manos sobre doce discípulos, bautizándolos en el nombre de Jesús, cuando de pronto comenzaron a hablar en lenguas (Hechos 19:1-7). Si este incidente es consistente con los otros relatos de Hechos, estos hombres hablaron en dialectos desconocidos para ellos, pero conocidos para otros.

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