Jesucristo Pt 3

(Lea Jesucristo, Pt 1 Primero)

Jesucristo - Escrituras que Revelan Su Condición de Hijo
En Juan, capítulo 5, Jesucristo sana a un hombre durante el día de reposo (versículos 8 y 9). Los fariseos se enteraron que Jesús lo sanó durante el día de reposo y querían matarlo (versículo 16). Jesús respondió a sus amenazas: "Mi Padre hasta ahora trabaja, y Yo trabajo" (versículo 17). El versículo clave en este pasaje está en el versículo siguiente, Juan 5:18: "Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era Su propio Padre, haciéndose igual a Dios." (Juan 5:18)

Los judíos reconocieron que Jesús estaba afirmando ser igual a Jehová al afirmar ser Su Hijo. Hasta el apóstol Juan lo reconoció, incluyéndolo en Su Evangelio.

En este punto, algunos señalarán que Juan 14:28 declara que Dios el Padre es mayor que el Hijo. Entonces, ¿cómo es posible que el Hijo sea igual al Padre? Algunos eruditos religiosos afirman que esta es una contradicción irreconciliable:

Jesús es igual a Dios (Juan 5:18) AUNQUE El Padre es mayor que el Hijo (Juan 14:28)

La única manera de reconciliar esta aparente contradicción es leer la Biblia y entender que Jesucristo es al mismo tiempo Dios y hombre. Piense en esta asombrosa verdad: Dios Todopoderoso se hizo hombre, humillándose hasta la muerte en la cruz por puro amor por Su creación amada, pero nunca cesó de ser Dios Todopoderoso. Esa es, en resumen, la escritura del Nuevo Testamento.

Hebreos 1:5-8 dice: "Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: 'Mi Hijo eres Tú, Yo te he engendrado hoy' Y otra vez: 'Yo seré a Él Padre, y Él me será a Mí Hijo?' Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: 'Adórenle todos los ángeles de cielo.' Ciertamente de los ángeles dice: 'El que hace a Sus ángeles espíritus, y a Sus ministros llama de fuego.' Más del Hijo dice: 'Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.'"

En Hebreos 1:8 el Padre se dirige al Hijo como Jehová Dios diciendo: "Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo."

En Filipenses leemos: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." (Filipenses 2:5-8)

Este versículo habla de Cristo renunciando a Su derecho de ejercitar independientemente Sus atributos de Deidad por el cumplimiento de Su sacrificio como hombre perfecto. Durante la encarnación, Cristo nunca actuó como Dios; el Padre actuó a través de Él y por el Espíritu Santo. Sus obras provenían del Padre.

"¿No crees que Yo soy en el Padre, y el Padre en Mí? Las palabras que Yo os hablo, no las hablo por Mi propia cuanta, sino que el Padre que mora en Mí, Él hace las obras." (Juan 14:10)

El conocimiento y las palabras que hablaba les fueron impartidos sobrenaturalmente.

"Porque Yo no he hablado por Mi propia cuenta; el Padre que me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar." (Juan 12:49)

Jesucristo dependía totalmente del Padre. Él no podía hacer nada sin el Padre. Él ni siquiera podía hablar aparte de Dios.

Cuando Dios dejó los cielos para venir a la tierra como hombre, Él no solamente fue el sacrificio perfecto; Él fue el ejemplo perfecto de un hombre. Él se sometió completamente al Padre (como todo hombre debe hacerlo) y dependió completamente del Padre (como depende todo hombre, le guste o no).

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